Carta a los lectores

Carta a los lectores

Por Mario Valls

En septiembre el Suplemento Ambiental de EL DIAL cumple 14 años.

Está en el espacio cibernético renovándose constantemente desde 1998, cuando EL DIAL me cedió espacio y personal para publicar lo que considerábamos la primera Revista de Derecho Ambiental electrónica. No dudé un instante. La hicimos y la seguimos haciendo.

Al principio informaba semanalmente qué estaba ocurriendo en el país y en el mundo en materia de Derecho Ambiental. Exponía el derecho que normaba el ambiente existente, el que se iba sancionando, los pocos fallos tradicionales con la novedad de que se los exponía digitalizados y con comentarios de actualidad y los nuevos que se dictaban esporádicamente, y deslumbraban a la comunidad jurídica ambiental. Para que lo novedoso no borrara la memoria existente acudimos también a la efeméride jurídica, para recordar que el tema ambiental siempre estuvo presente en  nuestro ordenamiento jurídico.

En el inicio ocurrían muchas cosas que había que exponer. El  movimiento jurídico ambiental era efusivo y estridente, pero también muy abstracto y repetitivo.

En aquel momento la única ley específicamente ambiental federal que se comentaba era la 24051, que norma los residuos que considera peligrosos y los somete a la jurisdicción federal. Pero en 2002, el Congreso empezó a sancionar una multiplicidad de leyes ambientales que proveyeron medidas singulares y parciales, protectoras del ambiente, uniformes, por ser  normas de fondo y presupuestos mínimos, pero que no proveen un ordenamiento integral de la legislación ambiental federal ni de sus principios generales, sino que aumentan su dispersión. Agréguense a ello las dictadas a nivel provincial, municipal, internacional y en otros países y organizaciones de países.

La Corte Internacional de Justicia de La Haya nos proveyó abundante tema con su proceso y fallo final sobre de las pasteras de Fray Bentos, la  Corte Suprema nos ilustró con su proceso siempre en marcha en el caso Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios (daños derivados de la contaminación ambiental del Río Matanza – Riachuelo, la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México, accidente provocado por un sismo que hizo temer una gigantesca explosión en la central nuclear de Fukushima, Japón el año pasado indujo la propuesta de nuevas normas jurídicas para evitar o mitigar sus efectos  y los gobiernos del mundo acaban de reunirse en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible  (CNUDS)  –Río+20,  para instarnos a pintar la economía de verde con nuestros instrumentos jurídicos.

Indudablemente el movimiento jurídico ambiental se aceleró. En todos los ámbitos se sancionan normas jurídicas relevantes dentro de lo que se considera Derecho Ambiental en abstracto o sobre materias  específicas. Los fallos trascendentes se han hecho rutina. La biblioteca ambiental crece más allá de nuestra capacidad de lectura. Las convocatorias a reuniones sobre Derecho Ambiental son cada vez más asiduas.

La palabra en soporte magnético nos atiborra de datos sobre la marcha del Derecho Ambiental, pero como no todo lo que reluce es oro, hay que descubrir la gema dentro de la roca viva para mostrarla al lector. Acceder a la información requiere agregar a la información propia muchas visitas diarias a las páginas de Internet y asegurar la fidelidad de la información, luego, presentarla, concordarla, ya que no basta mostrarla y, si es posible explicarla del modo más inteligible posible sin sufrir las tribulaciones de los constructores  de la torre de Babel. Todo eso en tiempo periodístico, poco propicio a la meditación. Más de una vez hemos sentido en el Suplemento el stress del cierre de edición y de la información de último momento, que se presenta en edición especial.

Para la selección del material, me asiste un Consejo Consultor que integran Alejandro Rossi, Claudia Valls y Mariana Valls.

El Suplemento Ambiental es posible por la voluntad de lectores amigos que nos arrima el enfoque y la novedad del interior de la Argentina y de otros países. Cuando no es de España, es de México, de Costa Rica, de Brasil, de Chile, de Paraguay, de Kenia o de los Estados Unidos que nos llega una noticia jurídica, un comentario o un estudio. Es un grupo difuso en el planeta, pero con la mirada fija en los movimientos del Derecho Ambiental.

Todo con el soporte técnico del personal que EL DIAL pone a mi disposición, que cuando encuentra un dato o información se apresura a comunicármelo  y, si se trata una información que espero y no llega, la encuentra aunque esté en el fin del mundo y el esmero con el que convierte páginas digitalizadas en el Suplemento que Uds. conocen.